Hoy recordamos con estos momentos a un perro que llegó a dejar una gran huella dentro de la lucha libre, hijo de la leyenda y estrella Pedro “El Perro Aguayo”, nos dejo una historia llena de triunfos y recuerdos.
El Hijo del Perro Aguayo sin duda alguna llegó a ser un ídolo para muchos, su liderazgo y rudeza al luchar lo colocaron en el gusto del público, y su gran creación de “Los Perros del Mal” sigue hoy en día como la facción más querida.
Con tan solo 15 años, Debutó en la empresa Asistencia Asesoría y Administración (AAA) de lucha libre profesional mexicana el 18 de junio de 1995.
En 2003, se marchó al Consejo Mundial de Lucha Libre (CMLL) para buscar nuevos retos y probar nuevas experiencias. En esta, incluso tuvo el honor de compartir esquina con su padre, el Can de Nochistlán.
En 2005, tras estar varios años fuera, regresó para pelear en una lucha de apuestas en “La Catedral”. En esta se enfrentaron a Cien Caras y Máscara Año 2000, quienes perdieron su cabellera, en una de las luchas más emotivas de la historia mexicana.
Ganó la Leyenda de Plata, un torneo que rendía homenaje en 2004 a El Santo. Al recibir el premio de manos del Hijo del Santo, se lo estrelló en la cabeza y le dijo que su padre no estaba a la altura del Perro Aguayo.
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